Las 21 mejores películas coreanas de la historia del cine
De 'La criada' a 'Burning', pasando por los grandes éxitos de Bong Joon-ho, las perlas de Bae Yong-kyun y Kim Ki-duk y una ola de mujeres cineastas: estos son los títulos imprescindibles made in Corea del Sur.

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Aunque la primera sala de cine en Corea fecha de 1903 y se supone que la primera película coreana de la historia no debe de ser muy posterior al primer largometraje en general (fue la australiana 'The Story of the Kelly Gang', en 1906), el desarrollo del cine coreano ha sido desde siempre irregular, marcado por la dependencia al régimen político que hubiera en cada momento. Hay grandes películas coreanas de todos los períodos, está claro, pero cuesta encontrar copias de grandes clásicos anteriores a 1960, y que es casi imposible evaluar el peso y las formas de su cinematografía como deberíamos (por lo menos, si eres un cinéfilo: aquí 50 clásicos que deberías haber visto si eres un cinéfilo).
Si ni siquiera podemos determinar cuál fue la primera película coreana de la historia. De 1910 a 1945, el país estuvo ocupado por los japoneses, quienes empezaron a importar películas y formas de su propio cine. La mayor importación japonesa (aunque les salió por la culata) fue la figura del narrador o byeonsa (en japonés, benshi), que hablaban por encima de las proyecciones de cine mudo. En 1926, Na Woon-gyu escribió, dirigió y protagonizó 'Arirang' (el nombre de una conocida canción coreana), en cuyas proyecciones los narradores se dedicaban a promover mensajes políticos en voz alta, complementando el (no tan sutil) carácter patriótico de la película. Los byeonsa serían naturalmente prohibidos por el régimen poco después de su muy exitosa implantación. ¿Quieres saber más sobre esa época? Lee sobre las mejores películas de los años 20, el clímax y final del cine mudo.
La primera película sonora coreana, 'Chunhyang-jeon' (de Lee Myeong-woo), fecha de 1935. Aunque la cinta está perdida, como tantas otras, sí se sabe que su sistema de sonido era bastante precario, pues no había técnico coreano que supiera usar el sistema de grabación de audio en directo y tuvo que doblarse todo a posteriori (eso no es nada, si nos atenemos a la cantidad de películas modificadas por culpa de hechos reales). Y a pesar de todo, su estreno fue un éxito... Para aprovechar el tirón que el cine tenía, Japón instauró la Unidad de Cine de Corea Colonial para producir cine de propaganda. Con la Guerra y el empobrecimiento del país de por medio, nunca llegaríamos a ver los resultados plenos de su estrategia.
El período posterior a la ocupación, que se encadenó con la Guerra de Corea y el armisticio de 1953 fue naturalmente un desastre para la industria cultural del país, por lo que (a sabiendas que el cine siempre había sido un enorme reclamo para el pueblo) a medianos de los años 50 el Ministerio de Defensa trató de reavivar la producción a base de incentivos fiscales. Ahí es donde empiezan las listas de mejores películas coreanas de la historia: en unos años 50 y 60 marcados por un ascenso brutal en la producción (a finales de los cincuenta llegaron a estrenarse más de un centenar de películas coreanas al año), una muy buena asistencia en salas y una tremenda libertad en los temas, entre las administraciones de Rhee y Park Chung Hee (1960-1961). Si el cine coreano hubiera tenido mayor distribución internacional, alguna de las perlas de 1960 hubiera acabado en nuestra lista de películas más taquilleras de la historia.
No duraría. En 1963, se implementó la Ley del Cine, que ponía cuotas muy estrictas al cine extranjero proyectado en el país y censuraba cualquier contenido que considerara ligeramente propenso al comunismo. Pero no fue la censura lo que acabó con la asistencia del público a las salas, sino la televisión, que llegó a finales de los 60 y que redujo la ocupación por un 70% en salas. Los años 70 y 80 están llenos de éxitos de público moderados: películas fuertemente controladas por el gobierno, que brillaban en la cartelera principalmente porque el resto de estrenos internacionales tenían una cuota de pantalla muy reducida (en 1966 cada cine debía exhibir un mínimo de 90 días de películas locales al año, para 1981, la cuota de pantalla se elevó hasta un mínimo de 165 días).
Los 90 son época de grandes producciones y una competitividad feroz. Tras el acuerdo con Estados Unidos para el Tratado de Libre Comercio, la cuota de pantalla de las producciones estadounidenses se redujo a la mitad, pero el mercado coreano ya estaba preparado y dispuesto para invertir en grandes producciones y, lo que es más importante, el público estaba dispuesto a ver películas locales. Corea es un referente muy estudiado por el resto de industrias culturales, ya que su cine local tiene éxito. Durante los primeros años de la década del 2000, la participación en el mercado de las producciones locales alcanzó hasta el 64%, es decir que más de la mitad de lo recaudado en la taquilla se quedó en el país, beneficiando a toda la industria. ¿Deberíamos aprender de ello? Estas son las películas españolas más taquilleras de la historia.
Si a ello le sumamos el reguero de premios y éxitos alrededor del mundo, que detallamos en la lista a continuación, tenemos un cine internacional, inconformista e ineludible. El Oscar a Mejor Película para 'Parásitos', de Bong Joon-ho, representa un hito insólito parece solo la punta de un iceberg que está aún por llegar. Justamente, las 20 películas que se aquí siguen pretenden reivindicar que ha habido y habrá tantas otras perlas como la de Bong. El cine coreano merece ser estudiado con atención.
Especialista en películas de estreno y series de actualidad, festivales internacionales y todas las novedades de cine de autor. Se graduó en Comunicación Audiovisual en la Pompeu Fabra, en el área de Análisis y crítica.
Lleva seis años escribiendo reseñas y cubriendo noticias en Fotogramas, es la firma semanal de cine en Tot és Comèdia de SER Catalunya y Va de Cine de Radio 4, y colabora regularmente en Gara, El Cultural y SensaCine desde el festival de Cannes, Venecia y Berlín. Se ha colgado la medallita por ser la segunda persona de España en recibir el distintivo Berlinale Talents como periodista.
Le apasionan las series (habla de ellas en Plaça Tísner de Betevé) y el anime, del que escribe en Serielizados y al que da vueltas en el podcast Sopa de Miso, de la misma revista. Podréis leer sus artículos sobre videojuegos indie en la revista LOOP, de GameReport, y ha publicado un capítulo en el libro “Pier Paolo Pasolini. El grito que no cesa” (Semana Internacional de Cine de Valladolid y Caimán, cuadernos de cine, 2022).
Es parte del comité de programación del Festival l’Alternativa de cine independiente de Barcelona, para quienes también lleva la prensa. Desde el año pasado, programa películas sobre vino en el Festival Most. Le veréis como participante y coordinando actividades educativas alrededor del cine, en colaboración con ciclos, festivales y escuelas como La Casa del Cine o ESCAC. Hoy se gana el sueldo, también, como docente de Narrativa Audiovisual en el Grado de Videojuegos de la Universitat Politècnica

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