Soy un ávido lector de libros de productividad. Siempre busco esa idea interesante que engrase mi máquina, cada uno busca la realización como se lo pide el cuerpo. Con esa mentalidad me sumergí en 'El club de las 5 de la mañana', un famoso libro de Robin Sharma que promete revolucionar nuestro día a día.
Acabarlo se hizo largo, sobre todo por los dos primeros tercios del libro, tremendamente redundantes y de poca enjundia. Es una sensación familiar: haber nadado en un océano de palabras para pescar apenas un puñado de ideas útiles que cabían en cinco páginas.
Sharma se hizo muy conocido por su éxito anterior, 'El monje que vendió su Ferrari', y aquí recurre a la misma fórmula de la narración ficticia para transmitir sus enseñanzas. Y ahí empiezan los problemas. La historia resulta tan poco creíble que distrae más que ilustra. Como si la única forma de digerir consejos fuese con una capa gruesa de jarabe literario.
El libro se extiende mucho, muchísimo, innecesariamente. Diluye las ideas centrales (de las que ahora hablaremos) en un mar de prosa y diálogos forzados. Esto pone a prueba la paciencia del lector, pero también socava la efectividad del mensaje. ¿No es la esencia de la productividad ser eficiente, hacer más con menos?
Hay algunas buenas ideas enterradas en el texto. Por ejemplo, la crítica al consumismo desenfrenado o al uso compulsivo de la tecnología (ejem) como formas de distracción. Son puntos válidos y necesarios. El énfasis en la importancia de establecer una rutina matutina sólida también tiene mérito.
Sin embargo, el enfoque de Sharma peca de rigidez y de falta de realismo. Sus recomendaciones, inflexibles, parecen diseñadas para un mundo utópico en el que vivimos solos, sin responsabilidades familiares ni compromisos sociales que puedan interferir con nuestra rutina de las 5 de la mañana.
Además, el libro cae en la trampa común de muchos textos de autoayuda: ofrecer soluciones simplistas a problemas complejos. La idea de que cualquier obstáculo es superable únicamente con fuerza de voluntad y una actitud positiva ignora las realidades socioeconómicas y las circunstancias personales que influyen en nuestras vidas.
Particularmente alarmante es la sugerencia implícita de que cualquier voz crítica o escéptica es "tóxica" y debe ser ignorada. Este tipo de pensamiento puede llevar a un aislamiento peligroso y a una falta de perspectiva crítica.
No todo es negativo. Hacia el final del libro, Sharma ofrece algunas estrategias prácticas que pueden ser útiles para quienes buscan mejorar su productividad. Sin embargo, estas ideas valiosas parecen un premio de consolación a quien ha navegado por tantos capítulos de relleno narrativo.
En última instancia, 'El club de las 5 de la mañana' es una oportunidad perdida. Sus ideas centrales —la importancia de una rutina matutina, la necesidad de autodisciplina, el valor del tiempo sin distracciones— son muy sólidas. Pero al estar tan diluidas en una narrativa poco convincente y una prosa exagerada, pierde gran parte de su impacto.
Para quienes buscan mejorar su productividad, creo que hay alternativas mucho mejores, como 'Hábitos atómicos', de James Clear; o '¿Eres imprescindible?', de Seth Godin.
Imagen destacada | Mockuuups Studio, Xataka, Joe Woods en Unsplash
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7 comentarios
nasteresp
A mi me gusta más el club de las 04:30, es mucho mejor que el tal Sharma ese...
Luego están los del club de las 04:00 ¡pero esos están locos!
Pero yo soy del club de "me levanto pronto cuando trabajo".
xicuxabiel
Me ha parecido una crítica muy buena, especialmente:
“La idea de que cualquier obstáculo es superable únicamente con fuerza de voluntad y una actitud positiva ignora las realidades socioeconómicas y las circunstancias personales que influyen en nuestras vidas.“
Tienes más razón que un santo. Estos gurús se pasan las realidades individuales por ahí y te hacen culpable de tu propio fracaso, siendo “éxito” y “fracaso” términos que se acaban basando en dinero). Y, por supuesto, nada de trabajar en comunidad: tú eres el único responsable de tú desarrollo. Tú, tú y tú. El súmmum del neoliberalismo, vaya.
Si te gusta el tema, puedes echarle un vistazo a Happycracia. El texto engancha poco (vamos, que a veces se hace un tostón); pero la información que ofrece es muy interesante.
KRSupman
Esto es a lo que lleva una estrategia de marketing basada en la base del coaching y a partir de ahí empezar a escribir libros (si es que realmente los escribe él o un mono) llenos de paja redundante y machacando a los que no están de acuerdo. Alguien lo saca a la luz pensando que es más inteligente que los demás ya que le he convencido y después de criar fama, se echa a dormir y sigue escribiendo (o que le escriben) porque ya vende por el nombre.
¡Hola Santandreu!
estevegraells
Completamente de acuerdo, es uno de los libros más abultados, con pocas ideas que se contrastan de manera algo científica, levantarse pronto y ser disciplinado, y después un abanico de páginas inútiles, desde mi punto de vista, o al menos, para mí.
La verdad es que no lo recomiendo y eso que me encantan los libros que puedan aportar alguna idea sencilla pero interesante.
Usuario desactivado
Solo decir, que si el libro se dice igual en el idioma original (autor canadiense), equivaldría a "El club de las 7 de la mañana" teniendo en cuenta el cambio horario.
Ya no parece tan descabellado, verdad?
seth0410
Este es otro de tantos que se dedican a aconsejar a oficinistas. Igual que todos los anuncios de la tele. Los millones que hacemos turnos donde quedamos? Es extrapolable? Pues no, no lo es, solo hay que trabajar a turnos para saberlo.
jairoav251
Yo me gano 100k al año No es paja.Tengo 30 días de vacaciones al año y dos propiedades. Nunca me he levantado a las 5 am. Como mucho a las 8 am o 9. Eso sí me acuesto tipo 11pm. Muy de acuerdo que el libro para es el típico oficinista frustrado de su trabajo.