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Cambios
Ahora aboga por la naturalidad

El motivo por el que Camille Grammer se quitó sus implantes mamarios después de 30 años: "Me siento mucho mejor sin ellos"

Protagonista de The Real Housewives of Beverly Hills y ex esposa del actor Kelsey Grammer, ha decidido "liberarse del peso innecesario" que llevaba en su pecho.

Camille Grammer y su entonces marido, el actor Kelsey Grammer, en una imagen de 2010.
Camille Grammer y su entonces marido, el actor Kelsey Grammer, en una imagen de 2010.GTRES
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Después de que Pamela Anderson decidiese dejar de maquillarse y diversas famosas -como Jamie Lee Curtis y Drew Barrymore- optaran por seguir sus pasos, en Estados Unidos ha surgido todo un movimiento que lucha por destacar la naturalidad. De esa forma, los filtros han dejado de estar de moda y la silicona ya no es tendencia.

Así, algunas actrices, cantantes e influencers han optado por someterse a cirugías para quitarse sus prótesis mamarias o de glúteos y una de ellas ha sido Camille Grammer (56). La ex esposa de Kelsey Grammer -el protagonista de Cheers y Frasier-, quien ha destacado como conejita Playboy y despunta como uno de los personajes principales de la serie The Real Housewives of Beverly Hills.

Hace unos días, la estadounidense anunció a través de su Instagram que había pasado por el quirófano para deshacerse de los implantes de sus pechos y "abrazar un look más natural". "Me siento mucho mejor sin ellos", indicó. No obstante, ahora ha mencionado a People que la verdadera razón detrás de su decisión está relacionada con un problema de imagen y salud.

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"Ya no quería que mis implantes me definiesen. Seamos honestos, cuando llevas prótesis como estas eres juzgada y esto ya no es lo que soy. No voy a dejarme definir por esto", ha declarado al tabloide, además de referirse a la experiencia de llevar algo ajeno a su cuerpo solo porque "se había transformado en un procedimiento popular en Hollywood".

"Yo me quise poner implantes no porque los necesitase, fue por elección estética. Era simplemente, parte del estilo que buscaba", ha explicado. Camille nunca imaginó que algo que parecía llevar todo el mundo le pudiera hacer daño a su cuerpo. Asimismo, asegura que no sabía que un procedimiento así requiere "mantención a largo plazo".

A causa de una serie de complicaciones, Grammer valoró, por primera vez, quitarse los implantes en 2009. Sin embargo tenía miedo a quedar con cicatrices visibles y decidió cambiar sus prótesis, con el fin de encontrar unas que le hicieran sentir más cómoda... Pero acabó saliendo del hospital con unos pechos "más grandes" de los que ella esperaba.

Un par de años después, los segundos implantes de Camille explotaron y, según ha contado a People, "la silicona llegó hasta su axila izquierda y fue absorbida por su ganglio linfático". Como es obvio, el problema se transformó en un asunto médico y, hasta el día de hoy, la estrella debe controlarse anualmente y someterse a ecografías.

Por otro lado, la celeb ha reconocido que el peso que tenía en su pecho le producía dolores de espalda y de cuello, lo que provocó que, en un minuto, le dijese a su pareja que no soportaba más y que quería "vivir más ligera". "Solo quería liberarme de todo lo que innecesariamente llevaba en la parte superior de mi cuerpo y ahora me siento libre", ha relatado.